- Catalina Castellano y Camila Seeger trabajan un proyecto que busca nuevos movimientos de trapecio y aportan a la renovación de propuestas para el circo contemporáneo.
En los primeros días de abril se instaló en el centro del escenario de Teatro Camino un trapecio, dos cuerdas hacia abajo en los extremos laterales de una barra, que son el equipamiento necesario para que la trapecista y artista aérea, Catalina Castellano, realice las sesiones prácticas del proyecto de investigación Doble Hélice “H”, que es financiado por el Fondart Nacional.
Durante tres días a la semana y por siete meses, la artista realizará diversas acciones y ejercicios que aportan a investigar sobre el lenguaje de movimiento en el trapecio fijo y tomar conciencia del movimiento helical del cuerpo en el espacio.
Un proyecto que realiza junto a Camila Seeger, bailarina e investigadora somática, que está encargada principalmente de la parte teórica y que en estas primeras etapas analiza material bibliográfico y audiovisual para entender los conceptos que operan en la biomecánica del cuerpo humano. Una temática que es desarrollada por Axis Syllabus (A.S), una plataforma internacional de información e investigación en torno al estudio del cuerpo humano en movimiento y que recibirá como insumo el trabajo de las dos artistas chilenas.
“Descubrí el circo a los 16 años y fue el trapecio la primera técnica que conocí. Me cautivó en seguida y me transportó inmediatamente a querer conocer y a adentrarme en el circo como una posible proyección profesional y artística. Por eso este proyecto surge de la necesidad de conectarme con una parte de mi pasado, volver a ese punto de inicio que estaba cargado de motivación, de sueños y placer. También me trae a un punto de inicio y reconexión con el ADN de mi disciplina”, expresa Catalina.
Arte y ciencia
Este es un trabajo que parte con premisas basadas en el análisis de movimiento biomecánico, físico, clínico, antropológico, pedagógico y somático, que propone la plataforma A.S.
Sin embargo, sus resultados “No buscan generar un contenido científico, sino observar empíricamente el cruce entre ciencia y arte. No es de nuestro interés entramparnos en aplicar ecuaciones matemáticas para demostrar o no la posibilidad de realizar un movimiento helical con el cuerpo humano, pero sí servirnos del contenido para inspirar la práctica y a partir de eso generar conclusiones artísticas que sirvan de material técnico”, afirma Camila Seeger.
La idea principal es “traspasar conceptos anatómicos y físicos que se estudian mediante el cuerpo en movimiento en la técnica de trapecio fijo, lo que permitirá buscar nuevas formas de moverse, ganando libertad de movimiento, flujo, dinamismo y eficiencia del esfuerzo físico”, agrega Catalina.
La iniciativa ayudará a indagar nuevas maneras de desarrollar las técnicas de circo, específicamente las de trapecio. También se apoyará en la danza para generar movimientos de forma más eficiente y con menos desgaste para el cuerpo.
Residencia en Brasil
Este proyecto también incluye durante el año, dos residencias en Studio TOCA, un nuevo espacio para el desarrollo cultural en la localidad de Gamboa, en Santa Catarina, Brasil. Ahí las creadoras de este proyecto realizarán un trabajo intenso para unir los hallazgos teóricos con lo práctico.
“Estar apoyados por TOCA y poder realizar residencias allá es fundamental para el proyecto. Es un espacio rodeado de naturaleza que facilita una inmersión profunda en el trabajo, lo que también permite salir de la rutina para poder concentrarme por dos semanas en el trabajo, nutrirme a la vez del trabajo profundo y completo que propone Camila”, destaca la trapecista.
A modo de cierre de las distintas etapas de este proyecto, el 12 de octubre se realizará en Teatro Camino una muestra performática.
“Nos interesa plasmar el proceso de la investigación en un formato escénico. No quiere decir que será una pieza acabada, es más bien una puesta en escena específica para explicar de qué trato el trabajo y cómo fuimos desarrollando cada etapa. El desafío es realizar una puesta escénica artística que permita transmitir los conceptos, las dudas, las preguntas, las sensaciones y todo lo que vivimos durante la investigación, transmitiendo lo que surgió como nuevo lenguaje y cómo fuimos llegando a él”, concluye Catalina Castellano.